Después de sufrir una fractura de cráneo por la caída de un carrito de compras, un niño terminó en las manos de los funcionarios de inmigración. El niño de 5 años y su familia han sido separados y se enfrentan a la deportación a pesar de una moción judicial del 10 de febrero para la suspensión que fue presentada en su nombre.
El 22 de diciembre era un día normal en un supermercado de California para el niño Mateo y su madre Milda Rodríguez, que luego se convertió en una pesadilla. Después de caerse de un carrito de supermercado, Mateo sufrió una fractura de cráneo y un hematoma epidural. Dos resonancias magnéticas realizadas en Mateo durante dos visitas diferentes a las clínicas de salud de Los Ángeles han demostrado que la sangre brotó del cerebro de Mateo.
Antes de que Milda pudiera llevar a su hijo enfermo a un neurólogo, la familia fue detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) durante un registro después de perderse una audiencia judicial en noviembre por su caso de asilo. ICE afirma que no fueron informados de la condición del niño durante el check-in, y los controles médicos posteriores el 23 y 27 de enero mostraron que Mateo «no tenía problemas médicos aparentes».
Mateo y Milda fueron enviados al Centro de Detención de la Familia Dilley en el sur de Texas, mientras que el padre de Mateo, José Pedraza, permaneció en un centro de detención para adultos en Adelanto, California. La familia vivía en una cercana ciudad de Los Ángeles y esperaba una decisión sobre su caso de asilo después de ser amenazada por la violencia en su Guatemala natal.
Si bien ICE no puede detener legalmente a familias por más de 20 días consecutivos, algunas familias han pasado más de 200 días en detención federal. A la familia de Mateo le preocupa que la condición médica del niño no sea tratada adecuadamente por los funcionarios de ICE. «Estamos muy preocupados de que no le estén brindando la atención médica que se está solicitando para el niño», dijo Leidy Rodas, tía de Mateo. «Con cualquier ruido, se tapa las orejas con las manos y comienza a gritar porque le duele mucho la cabeza».
Un juez de inmigración rechazó una moción judicial del 10 de febrero para una orden judicial preliminar y una solicitud de suspensión presentada por Milda y Mateo. Mateo y Milda ahora enfrentan el traslado a Guatemala, donde habían huido de las amenazas de violencia.
