«Hay mucho trabajo por hacer en este país», dijo. «Y creo que a la vanguardia de eso, es … la equidad y la responsabilidad y, ya sabes, la forma en que los seres humanos pueden vivir sus vidas en paz».
Aunque las circunstancias en los casos de Ordóñez y Blake fueron diferentes, el origen del problema, dicen algunos, sigue siendo el mismo: la brutalidad civil a manos de la policía.
En respuesta a la violencia policial que se produjo durante las protestas, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, tuiteó que la policía no había sido autorizada a disparar contra los manifestantes y dijo que los agentes habían “desobedecido las instrucciones directas”.
En Colombia, la pandemia de coronavirus ha agravado la ya profunda desconfianza que existe entre el pueblo y las fuerzas del orden. La respuesta del país a la crisis de salud, que incluyó severas reglas de distanciamiento social, dio a los agentes de la ley más poder sobre los civiles. Eso sumado a la falta de liderazgo jerárquico, ha generado una situación polémica en el país andino.
“Evidentemente hay confusión sobre el papel de la policía y quién está a cargo de la policía”, dijo a The Guardian Sergio Guzmán, un analista de riesgo político de Bogotá. «Y eso no es un buen augurio para restaurar la seguridad pública o la confianza en la policía».
Guzmán argumentó que los esfuerzos del gobierno para sofocar las protestas sindicales del año pasado, junto con las duras restricciones del coronavirus, «pusieron un freno a mucha angustia social que estaba ocurriendo en Colombia». Además, explicó que la mala gestión del coronavirus por parte del gobierno y la falta de comunicación y transparencia estaba destinada a estallar.
«Espero que este sea el comienzo de un período mucho más grande de agitación política que coincidirá con los planes del gobierno para abrir la economía, así que esto va a ser un gran retroceso en algunos de estos planes «, dijo Guzmán.
El presidente Iván Duque dijo que las muertes en las protestas están siendo investigadas y que no tolerará la violencia del lado de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, algunos argumentan que es el liderazgo de Duque el que ha agregado fuego al fuego.
«Esto es una consecuencia del abuso de poder sistemático, no solo en la policía sino en todos los ámbitos», dijo Mafe Carrascal, una activista que asistió a las protestas, a The Guardian. «La gente está harta del hecho de que si el Covid-19 no los mata, el gobierno lo hará».
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